Una de las últimas tendencias que he visto rondando por todos lados son las uñas verdes. Los fashionistas les llaman "jade" porque suena más cool y porque con ese mismo nombre le bautizó Karl L. para Chanel.
Al principio no me parecía un color digno de llevar pero luego de saturarme con tantas imágenes de personas llevándolo le medio agarré el gusto hasta que un día decidí intentarlo.
Para cuando me enteré de que era tendencia la edición limitada de Chanel ya estaba agotada, y como ni planeaba comprarme la original, me dirigí al Walmart más cercano convencida que encontraría algún tono similar (porque también se vale verde no tan jade).
Ahí en el súper me encontré de casualidad a mi amiga F. y también por casualidad frente a nosotras una mesa llena de pintura de uñas a DIEZ PESOS, oferta que no podíamos rechazar. Nos compramos diferentes tonalidades, y desde luego, pintura disque jade también. Yo le convencí que se la comprara porque era tendencia y accedió.
Llegando a mi casa no pude esperar por probar mi nueva adquisición: FAIL.
El resultado no era color jade era más bien un blanco mentolado asqueroso, en serio, MENTOL. Me recordó mis épocas en primaria cuando me pintaba las uñas con liquid paper y luego, ya que estaban secas, encima las pintaba con plumón de colores, porque así se veía exactamente lo que acababa de ocurrir.
Conclusiones:
1. No pintarme la uñas de verde.
2. No pretender que una pintura de diez pesos le va a llegar a una Chanel.
3. Dejar las tendencias "arriesgadas" a esas personas todo-me-queda-bien y aceptarlo.
Foto: Style and the city
